Los empleados pueden exigir una indemnización si los empleadores establecen demasiado tarde los objetivos para los cuales se otorgan bonificaciones. Así lo decidió el Tribunal Federal del Trabajo en un caso de Renania del Norte-Westfalia (10 AZR 57/24).
El derecho a una indemnización surge cuando el empleador incumple culpablemente su obligación de proporcionar al empleado objetivos en tiempo y forma, a partir de cuyo logro se vincula el pago de una remuneración variable, según la decisión de los jueces laborales más altos de Alemania.
Tales fijaciones de objetivos existen en todo el país en muchos sistemas de bonos empresariales o de remuneración variable, por ejemplo, para altos ejecutivos.
Jueces: No hay culpa compartida del empleado
En su jurisprudencia anterior, el Tribunal Federal del Trabajo se había centrado sobre todo en las obligaciones de los empleadores y los empleados al concluir acuerdos de objetivos. Ahora se trataba de las fijaciones de objetivos, que generalmente determina el empleador.
En la decisión de los jueces laborales federales se dice:
„En el caso de una omisión o tardanza en el establecimiento de objetivos por parte del empleador, regularmente se descarta una culpa compartida del trabajador debido a la falta de cooperación, ya que solo el empleador lleva la carga de la iniciativa para el establecimiento de los objetivos.“
Se deben pagar alrededor de 16.000 euros
Un trabajador con responsabilidad de liderazgo, que tiene en su contrato de trabajo un derecho a una remuneración variable, había demandado. Se ha acordado a nivel empresarial con su empleador que el establecimiento de objetivos debe realizarse antes del 1 de marzo.
Recibió un objetivo que no estaba individualizado y contenía un objetivo de ventas y ganancias. Su empleador finalmente pagó al demandante una remuneración variable de 15.586 euros brutos. Sin embargo, él insistió en una indemnización por daños y perjuicios debido a la demora en establecer el objetivo por un monto adicional de 16.035 euros brutos.
El tribunal laboral había desestimado la demanda del directivo, pero el tribunal regional laboral le dio la razón. Ahora, el empleador debe pagar una indemnización por daños y perjuicios.
