En un estudio reciente, investigadores del Fraunhofer FFB y la Universidad de Münster han analizado las estructuras de propiedad y las dependencias geopolíticas a lo largo de la cadena de suministro de baterías. El resultado: la producción de baterías para coches eléctricos requiere una cadena de suministro compleja y globalmente interconectada. En este contexto, China domina casi toda la cadena de valor de las baterías de iones de litio, desde la extracción de materias primas hasta la fabricación de las baterías. La República Popular no solo controla instalaciones de producción nacionales, sino también aquellas en el extranjero, y esto para todas las materias primas y procesos subsecuentes. Ninguna otra región del mundo tiene un control comparable a lo largo de toda la cadena de suministro de baterías. El litio, el cobalto, el níquel y el manganeso son imprescindibles para la fabricación de celdas de batería.
En los grandes paquetes de baterías, como los que se incorporan, por ejemplo, en un "Tesla Model S Plaid", se encuentran aproximadamente 122 kilogramos de los llamados minerales. Geográficamente, solo unos pocos países poseen los recursos necesarios para la expansión de la electromovilidad en grandes cantidades. Entre ellos se encuentran China, Australia y la República Democrática del Congo.
"Los minerales están al principio de la cadena de suministro para la producción de celdas de batería, y Europa depende casi al 100 por ciento de las importaciones", describe el profesor Simon Lux, director del Instituto Fraunhofer FFB, el desafío.
La dominación mundial de China en la cadena de suministro de baterías
La estudio de los investigadores de Münster esboza las estructuras de propiedad detrás de minas, refinerías e instalaciones de producción a lo largo de toda la cadena de suministro de baterías. Los resultados muestran la posición dominante de China: el país domina casi toda la cadena de valor de las baterías de iones de litio, desde la extracción de materias primas hasta la fabricación de las baterías, y controla tanto las capacidades de producción nacionales como internacionales. La única excepción es el manganeso. El hecho de que China produzca más del 98 por ciento de los materiales activos de fosfato de hierro y litio significa una dependencia inmediata de Europa en esta química de baterías más económica.
"El creciente dominio de China en materias primas pone en peligro el futuro de la electromovilidad europea", advierte Lux. "Esta dependencia hace que Europa sea vulnerable. Las tensiones geopolíticas o los bloqueos de exportación podrían provocar daños económicos masivos y pérdidas de miles de millones", advierte Lux.
Aseguramiento de materias primas en Europa y EE. UU.: Entre la carrera y la dependencia
Al igual que China, Europa y EE. UU. también están intensificando sus esfuerzos para obtener un mayor control sobre la cadena de suministro de baterías de iones de litio mediante la adquisición de minas y refinerías. Mientras que EE. UU. ocupa el segundo lugar mundial en cuanto a participación en la propiedad de la extracción de litio y las participaciones de Europa son comparativamente bajas, en níquel y cobalto se observa un panorama diferente. Australia, Indonesia y la República Democrática del Congo, regiones clave para la extracción de litio, níquel y cobalto, están particularmente afectadas por las adquisiciones corporativas. De hecho, el 74 por ciento del litio mundial proviene de Australia y Chile, pero las empresas chinas (29 por ciento) y estadounidenses (26 por ciento) tienen las mayores participaciones en la producción. Europa, por su parte, no posee participaciones significativas de litio en el extranjero.
"Estos desarrollos subrayan la competencia global por las materias primas críticas y el reenfoque estratégico de las cadenas de valor", dice Lux.
Opciones para reducir la dependencia de China
Las restricciones de exportación en caso de conflictos geopolíticos tendrían impactos de gran alcance en la estabilidad de la cadena de suministro global de baterías. Según los autores, los posibles mecanismos para una cadena de suministro de baterías segura y soberana en Europa pueden incluir inversiones en la expansión de capacidades propias de refinación, la promoción de asociaciones estratégicas de materias primas y el fortalecimiento de la economía circular local. El documento conjunto de los investigadores del Fraunhofer FFB y la Universidad de Münster se basa en un análisis de datos exhaustivo. Para ello, se analizaron las estructuras de propiedad a lo largo de la cadena de suministro global de baterías de iones de litio y se compararon con la distribución geográfica de las participaciones de producción. El objetivo de la investigación es ofrecer una imagen completa de las estructuras de poder actuales en la industria.
Para las cuatro materias primas estudiadas, litio, níquel, cobalto y manganeso, se presenta una imagen diferenciada de las relaciones de propiedad e influencia globales:
- Litio: El 74 por ciento del litio mundial proviene de Australia y Chile. No obstante, empresas como "Tianqi Lithium" de China y Albemarle de EE.UU. tienen las mayores participaciones en la producción mundial, con China alcanzando el 29 por ciento y EE.UU. el 26 por ciento. Europa prácticamente no posee participaciones de litio en el extranjero. Las participaciones propias son insignificantes y se limitan hasta ahora al proyecto "Baroso Lithium" en Portugal, que representa solo el 0,4 por ciento de la producción.
- Níquel: Aunque el 30 por ciento de la producción mundial de níquel tiene lugar en Indonesia, la participación de las empresas indonesias en la extracción es inferior al cinco por ciento. Del resto de la producción en Indonesia, las empresas chinas, por ejemplo, Tsingshan, aseguran el 86 por ciento, con lo cual China, junto con la producción doméstica, tiene el mayor control (32 por ciento) sobre la producción de níquel. Las regiones más influyentes después de China incluyen Europa, Filipinas y Rusia, que en conjunto controlan un poco más del 40 por ciento de la producción mundial.
- Cobalto: Las empresas locales controlan solo el cinco por ciento de las minas, aunque el 68 por ciento de la producción mundial tiene lugar en la RD del Congo. China (47 por ciento) y Europa (47 por ciento) dominan la producción allí, con actores como CMOC, Glencore y Eurasian Resources Group (ERG). Al margen del control chino y europeo, Filipinas, Rusia y Cuba son influyentes (doce por ciento).
- Manganeso: Australia extiende su influencia adquiriendo más de la mitad de los derechos de explotación sudafricanos a través de las empresas "South 32" y "Jupiter Mines", alcanzando un total del 25 por ciento. Sudáfrica se encuentra en la segunda posición con un 20 por ciento, seguida de Europa, que en su conjunto alcanza una participación del 16 por ciento en la producción mundial de manganeso. Estas participaciones se extienden sobre minas en Australia, Gabón y Ucrania, adquiridas por "Anglo American", Eramet y la ERG.